Luis Rafael Piccinetti fue condenado a prisión perpetua por el crimen del agricultor Eduardo José Salas. La Justicia lo señaló como autor material del homicidio sucedido aquella noche de julio de 2007, en Trancas. La máxima pena significó el cierre de un proceso judicial que había incluido una historia de pasión, engaño, acusaciones cruzadas y una fuga. Con la sentencia, salió a la luz lo que había pasado hace más de 12 años en la vivienda familiar.
La Sala IV, integrada Wendy Kassar (presidente), María Fernanda Bahler y Emilio Páez de la Torre, impuso este castigo agravado por la alevosía, es decir, una muerte cometida contra una persona indefensa. Además, dispuso la prórroga de la prisión preventiva para el culpable por un año o hasta que la sentencia quede firme.
Se trató a la vez de la segunda condena contra un imputado por el mismo crimen: Silvia Lai está alojada en el penal de mujeres cumpliendo igual castigo desde 2011 por ser partícipe. Para el Tribunal, la mujer había planeado el deceso de su ex esposo. Ella, durante estas últimas audiencias, había negado esa incriminación: “nunca me ensucié las manos con la sangre de mi marido”.
“Con el fallo, se conoció cómo fueron los hechos y se cerró esta etapa”, enfatizó Marta jerez, representante del Ministerio Público Fiscal (MPF). “La noche del 15 de julio de 2007, Piccinetti fue la casa de Salas, con la complicidad de la señora (por Lai), que justamente está condenada por eso. Entró en la habitación donde la víctima dormía y le propinó múltiples golpes hasta hacerle estallar el cráneo, lo que le provocó la muerte de inmediato”, expresó la funcionaria judicial para sostener la decisión de los magistrados.
“Luego se fue a su casa. Llevaba la mancuerna que había utilizado para golpear al agricultor, goteando sangre. En su vivienda lavó la ropa. En ese momento, con las pruebas de luminol, entre otras pericias que se hicieron, se determinó que se trataba de sangre humana y que correspondía a Salas. Las muestras se habían encontrado adentro de la habitación y del baño del señor Piccinetti”, añadió.
La fiscala había solicitado en su alegato, justamente, prisión perpetua agravada por alevosía. En ese momento, Jerez había hecho hincapié, entre otros elementos, en que el instructor de gimnasia había modificado sus declaraciones desde el día del hecho hasta la actualidad -estuvo fugado durante casi nueve años-. En el recuento, subrayó que en un primer momento había dicho que no sabía “quién había dado muerte a Salas, pero que él y la señora no lo habían hecho”. Luego, vinculó el deceso a “un ajuste de cuentas por el transporte de droga”, entre otras versiones, según la acusación.
“En esta última oportunidad, se presentó en esta sala diciendo que quería contar la verdad y manifestó una versión distinta y disparatada. Dijo que esa noche había recibido una llamada de Lai, en la que decía que venga a su casa porque estaba sola”, remarcó Jerez, con referencia la acusación del imputado contra la ex esposa de la víctima y el posterior careo entre estos últimos.
En sus últimas palabras, el condenado insistió en que no había sido el homicida de Salas, en línea con lo manifestado en la primera audiencia del juicio. “Vi que estaba asestando golpes a la cabeza de alguien con algo. No me acuerdo con qué, ya que no logré ver el objeto. Después supe. Le dije (a Lai) ‘mirá lo que hiciste, ¿quién es?’ “, había indicado.
La Sala IV dará a conocer los fundamentos de la sentencia el próximo 11 de diciembre, según se confirmó en la lectura del fallo.
La otra parte
“No es para nada descabellada la verdad de mi defendido, independientemente de que la Fiscalía haya considerado lo contrario”, expresó la abogada defensora, Mariela Mayer, quien había requerido la absolución del cargo de homicidio y planteó que su defendido habría actuado como encubridor de la muerte, teniendo en cuenta la relación de amantes que tenía con la condenada.
“No era una mancuerna, sino un material para ejercitar trapecio. Había un pedazo de caño hueco galvanizado, que tenía cubierto los extremos con goma espuma. Ese fue el elemento secuestrado en el gimnasio (de Piccinetti) y que fue señalado como el utilizado para matar a Salas”, dijo. Mayer adelantó que presentará un recurso de Casación ante la Corte Suprema de Justicia.